miércoles, 31 de marzo de 2010
Puse precio a mi libertad y nadie quiso pagarlo, te cambio tu corazón por el mio, para mirarlo y mirarlo. Ampas de gloria mujer, quiero un pedazo de cielo para invitar a dormir en la cama o en el suelo. Un sacrificio ritual bien o mal yo quiero hacerle a mi estrella, sin principio ni final. No puedo vivir sin ella.
Quiero vivir dos veces para poder olvidarte, quiero llevarte conmigo y no voy a ninguna parte. No te preocupes paloma, hoy no estoy adentro mio. Tu amor es mi enfermedad, soy un embace vacio. No te preocupes paloma, no hay pajaros en el nido. Dos ilusiones se irán a volar pero otras dos han venido.
Quiero vivir dos veces para poder olvidarte, quiero llevarte conmigo y no voy a ninguna parte. No te preocupes paloma, hoy no estoy adentro mio. Tu amor es mi enfermedad, soy un embace vacio. No te preocupes paloma, no hay pajaros en el nido. Dos ilusiones se irán a volar pero otras dos han venido.
sábado, 20 de marzo de 2010
domingo, 7 de marzo de 2010
EL MUNDO
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijó que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana.
-El mundo es eso- reveló - un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todos los demás, no hay fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman pero otros arden con la vida con tantas ganas que no se pueden mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se ensiende.
A la vuelta, contó. Dijó que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana.
-El mundo es eso- reveló - un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todos los demás, no hay fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman pero otros arden con la vida con tantas ganas que no se pueden mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se ensiende.
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